Que asco más grande, TRANSANTIASCO, es lo más antihigiénico que puede existir, ya que los usuarios frecuentes de la movilización que cambiaría nuestras vidas debemos soportar diariamente unos olores insoportables al interior del metro, si el metro, ese vagón subterráneo donde se mete la gente en grandes masas a presión y con vaselina!!
Se recuerdan cuando llovió hace unos días atrás! Uff... quedó la escoba! Paraderos invisibles, calles inundadas, gente empapada hasta los huesos y los infaltables carritos que por la módica suma de 100 peses ayudan a atravesar las calles que parecen ríos...Totalmente notable! ¿Pueden creer que uno de esos “trabajadores sociales” haga 30 mil aproximadamente en un día de lluvia?
El otro día por motivos personales, y coincidentemente un día de lluvia, debí movilizarme en metro hasta la estación “Trinidad”, es decir, en dirección a la Plaza de Puente Alto, como es lógico por el lugar físico donde estudio, debí ir de Manuel Montt hasta Tobalaba de la línea uno (roja) `para hacer la combinación. Una vez que ingresé al vagón en la estación Montt, el olor fue automáticamente repelente, una mezcla de olores fétidos, que hasta un guarén repudiaría, pero lo peor estaba por venir... Cuando intenté hacer la combinación en Tobalaba, me encontré con la sorpresa que Tobalaba se llueve en el túnel que existe entre la estación de la línea uno y la de la línea cuatro, se llueve completamente, es decir, debí ir con suma precaución caminando con mi mentón para abajo, fijándome de no pasar por las posas, ni mojarme... Una vez terminada la travesía, debí nuevamente introducirme como fuera al interior del carro del metro. Lamentablemente el primer intento fue fallido, ya que unos fortachones pudieron y fueron más patudos que yo, el segundo intento fue más rápido, ya que me propuse ingresar a como de lugar. Todo para encontrarme con muchísimas personas con caras de perros enrabiados, que respondían furiosas ante el mas mínimo empujón involuntario que uno les hiciera.
Realmente no se que está pasando con la sociedad, estamos agotados, lo sé, pero ¿será este motivo el que hace que la gente en vez de cooperar con el avance y progreso del país, se refugie con un millón de escudos y culpe de todo a nuestra Mandataria?
Reconozcámoslo nadie lo ha pasado bien, pero si los ciudadanos no cooperamos, no podemos esperar que por obra y gracia del espíritu santo el Transantiago funcione, es claro que no es nuestra culpa, así como también es claro que no es nuestra culpa que el proyecto haya salido a la calle sin un término definido. Lamentablemente todos, como ciudadanos chilenos que somos, debemos unirnos y mejorar nuestro sistema de vida, nos guste o no, hay que hacerlo por nuestros hijos, por nuestras vidas, por nuestra sociedad.